¿Qué es la conciencia emocional?

La conciencia emocional se podría definir como la capacidad de tomar conciencia de las propias emociones y de las de los demás, teniendo en cuenta también la habilidad para captar el clima emocional en un contexto determinado.

Es una habilidad que forma parte del concepto de inteligencia emocional introducido por Salovey y Mayer (1990). Ellos describieron la inteligencia emocional como la habilidad para manejar sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios pensamientos y acciones y, en consecuencia, poder tomar decisiones inteligentes.

 ¿Para qué es importante la conciencia emocional?

 A continuación algunas ventajas:

  • Tener una buena conciencia emocional nos permite desarrollar una buena competencia emocional.
  • Reconocer las emociones en el momento que aparecen, ser consciente de su funcionamiento y de sus consecuencias posibilita poder gestionar los estados emocionales en su durada, intensidad y adecuación a la situación y momento.
  • El dominio de los estados emocionales favorece el pensamiento flexible y creativo, la toma de decisiones des de diferentes puntos de vista para afrontar un problema, además de aumentar la atención y la memoria.
  • A mayor conciencia emocional es más fácil etiquetar nuestros estados afectivos y esto permite prestar más atención a la información proveniente de uno mismo, reconociendo la riqueza afectiva y los cambios en las emociones.
  • Nos permite tener más capacidad para aceptar sentimientos, para cambiarlos o regularlos, para controlar nuestros impulsos, mayor capacidad para calibrar la influencia de las emociones en nuestros pensamientos y en nuestras acciones y para discernir si conviene tenerlas en cuenta y de qué forma.
  • Una buena conciencia emocional nos aporta seguridad y guía cuando podemos tomar múltiples alternativas y tenemos que tomar decisiones importantes en la vida.
  • Desarrollaremos un sentido menos egocéntrico de nosotros mismos y suprimiremos nuestros deseos egoístas e inmediatos para objetivos más a largo plazo.
  • Finalmente, sentiremos mayor motivación intrínseca y mayor autoconfianza.

La conciencia emocional es el primer componente de la competencia emocional por el que tenemos que empezar a trabajar, ya que tomar conciencia de nuestras propias emociones y de las de los demás es fundamental para, más adelante, entrenarnos en una buena regulación o gestión de nuestras emociones.

Bisquerra (2002) aporta la siguiente clasificación de las emociones. Muy útil para tomar conciencia de nuestro nivel de riqueza emocional y nuestra capacidad para identificar emociones:

Emociones agradables

  • Alegría: entusiasmo, euforia, excitación, diversión, placer, gratificación, satisfacción, gratificación, alivio..
  • Humor: (provoca: sonrisa, risa)
  • Amor: afecto, ternura, simpatía, empatía, aceptación, cordialidad, confianza, amabilidad, afinidad, respeto, devoción, adoración, veneración, enamoramiento, gratitud, ágape.
  • Felicidad: tranquilidad, paz interior, satisfacción, bienestar, placidez.

Emociones desagradables

  • Miedo: temor, horror, pánico, terror, fobia.
  • Ansiedad: rabia, cólera, odio, furia, indignación, resentimiento, aversión, exasperación, hostilidad, violencia, celos, envidia, impotencia.
  • Tristeza: depresión, frustración, decepción, aflicción, pena, dolor, pesar, desconsuelo, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, desánimo, preocupación, abatimiento, desgana.
  • Vergüenza: culpabilidad, timidez, inseguridad, vergüenza ajena, vergüenza, pudor, modestia, rubor.
  • Aversión: hostilidad, antipatía, resentimiento, rechazo, asco, repugnancia, recelo, menosprecio.

Emocionas ambiguas: sorpresa, esperanza, compasión.

Anna Vives Navarro

Psicóloga y psicoterapeuta

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