La comunicación pasiva
En terapia a menudo me encuentro con personas que confunden la pasividad en la comunicación con la “buena educación”. Me refiero a situaciones en que decidimos callar cuando pensamos diferente a los demás con el objetivo de no herir y así mostrar nuestro “respeto”. En realidad, lo que no mostramos es nuestra opinión, ya que el hecho de tener una opinión distinta a los demás no es una falta de respeto. A menudo, el miedo que tienen las personas que se comunican pasivamente es el hecho de que si no se comunican como lo han hecho siempre (callando), se comunicarán de la forma opuesta, es decir, agresivamente. Desconocen cómo comunicarse expresando su opinión de una forma respetuosa, es decir, cómo comunicarse de una forma asertiva.